sábado, 4 de febrero de 2012

La noche



Salgo en la noche y una vez más la sensación de paz me inunda a raudales.
Allí arriba, sin nubes que la atormenten, la luna majestuosa y llena nos observa.
El sonido de la noche es sutil, suave…solo un murmullo que cuesta entender.
Me sorprendo intentando adivinar qué ocurre en esas ventanas lejanas que aún tienen luz.
¿Quién estará despierto a estas horas? ¿Será la culminación de una noche de amor, la ausencia de un sueño esperado?
Sonrío casi sin querer, recordando las veces en que mi luz estaba a estas horas encendida cuando estaba junto a mi amor.
Me encanta asomarme a la oscuridad, a esa tranquilidad cómplice en la que la luna se empeña en guiñarme,  quizá porque sabe que en algún lugar estará alguien más mirándola y pensando en mi.



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